Martín Becerra, es investigador principal en el CONICET y Profesor en la UNQuilmes y en la UBA. En el momento que me acerqué a él, se encontraba rodeado de estudiantes y docentes que lo saludaban, le agradecían, le hacían preguntas, entrevistas, le pedían fotos. Acababa de terminar de exponer junto a otros profesionales en el panel “Legislación de la comunicación: derecho a la información y a la comunicación” en el marco del ENACOM (Encuentro Nacional de Carreras de Comunicación). El evento tuvo lugar el jueves 5 de septiembre en la FCC (Facultad de Ciencias de la Comunicación) en la UNC. Becerra es especialista en muchas temáticas, como lo demostró a lo largo de la exposición. Pero hacía poco tiempo habían tenido lugar las PASO y decidí entrevistarlo sobre las elecciones y su vinculación con las plataformas digitales. Tuvimos un diálogo breve ya que en unos minutos debía retirarse para volver a Buenos Aires.
En principio, abordó las dos caras de las redes sociales. Estas pueden ofrecer posibilidades de ampliar la voz a partidos políticos pequeños o medianos sin contar con tantos recursos. Afirmó que, con cierto ingenio y en determinadas coyunturas, se puede superar el microclima o umbral minoritario de alcance que ofrecen los recursos disponibles, ya sea metiendo un perfil más creativo, más fresco, una consigna que pegue más en ese momento. Sin embargo destacó que “no hay que olvidar que de todas formas, los que tienen más recursos para los medios tradicionales también tienen más recursos para las redes digitales. O sea que, una campaña en Facebook de Macri o del Frente de Todos siempre va a ser mucho mejor que las del resto”. Así concluyó que las plataformas digitales son un recurso más y mercantilizado, “porque tenés que tener guita si querés superar el alcance micro”.
Siguiendo el hilo, surgió la pregunta por la utilización de las redes sociales por parte de otro sector en procesos electorales: el de las audiencias. Es decir el pueblo, o los votantes. Para Becerra existen “niveles de articulación, de difusión, de incorporación de demandas y voces que aprovechan bien las plataformas digitales”. El movimiento feminista argentino recoge parte de lo mencionado. Aunque no siempre existe tal articulación, tal como pasa en la realidad. Según Becerra, no hay distinción entre realidad y redes sociales “porque somos las mismas personas” que las utilizamos. Existen ciertos “temas o hechos que activan un compromiso que está larvado en otros momentos”. Por poner un ejemplo, menciona que “se prende ese interés porque la heladera está vacía, o porque me echaron a mí o a un compañero de trabajo”.
Esta última idea fue elemental en las elecciones del 11 de agosto ¿Por qué si esa era la sensación en la “realidad” en las redes sociales se expresaban resultados distintos? Martín aseguró que “parte puede tener que ver con la habilidad que ha tenido históricamente el macrismo de gestionar las conversaciones digitales y las plataformas digitales. O sea que ahí hubo una suerte de sobrerrepresentación”. Aunque también se lo atribuyó a otros factores. Uno de ellos aseguró que pudo haber sido – “lo digo de forma intuitiva” aclaró– lo que comúnmente se llama voto vergüenza. Sin embargo –aclaró nuevamente– el prefiere no llamarlo así. Es decir, mucho votante del Frente de Todos no expresó públicamente que iba a votarlo. Este fenómeno sucedió tanto en redes sociales como en la calle. Un claro ejemplo fue lo que sucedió en Quilmes, lugar donde trabaja como profesor. Nadie pensaba que podía llegar a ganar Mayra Mendoza del FdT. Becerra estuvo en contacto con participantes de la campaña de la candidata a intendenta, y contó que ellos mismos aseguraron que no lo esperaban. “Y ellos no se guiaban por Facebook, se guiaban por ir a los barrios… ¿Y por qué no lo veían a esto? No lo veían porque la gente no lo expresaba públicamente. No es solo Facebook o Instagram”. Esto sucede porque “es un voto que percibe que el mensaje institucional, el estado, los medios de comunicación, los líderes de opinión, reprueban lo que uno siente o quiere votar. Hay que enfrentar a una fuerza donde uno está muy desparejo” afirmó finalmente Becerra.