Por Lucía Juncos
Desde los primeros meses de cuarentena los memes y chistes respecto a los kilos de más, inundaron las redes llegando a los grandes medios. Ahora con el verano se siguen reproduciendo los mismos chistes y frases cargadas de odio. Es posible tomarse con humor la situación pero, ¿qué hay detrás de todas estas imágenes?
El encierro, que casi llega a su fin, dejó en evidencia que todavía falta mucho como sociedad el aceptar la diversidad corporal. Los mensajes que más se difundieron a través de redes y medios, además de el de cuidarse del virus, fue el cuidarse de no engordar, sin contemplar el por qué de esta situación y solo darle importancia a una cuestión de apariencia. El trasladar toda la rutina a casa de por sí genera cambios en los cuerpos y es normal reaccionar inconforme, pero a través de encuestas muchas personas admitieron tener grandes ingestas de alimentos por cuestiones emocionales, “atracones” y cambios rotundos en su alimentación. Es decir que el enfoque no debería estar en la imagen corporal y en dietas, sino en la salud mental de la gente.
La Sociedad Argentina de Nutrición dio a conocer en los primeros meses de
aislamiento que un 57% de personas habían aumentado entre 3 y 5 kilos, y que cada vez más son las que padecen de sobrepeso. El rol de los medios de
comunicación ante esa información podría ser la de impulsar la actividad física para contrarrestar el sedentarismo en este aislamiento y ayudar a la salud, pero en vez de eso eligieron intensificar el gordo odio, que mayormente afecta a mujeres, haciendo hincapié en los cambios físicos de famosas y dietas extremas.
Pero los medios no son los únicos que colaboran en mantener los ideales de
belleza, a través de la plataforma de Instagram varias cuentas de influencers
decidieron dar un mensaje de amor propio, aceptación y mostrarse “reales” lo que se recibió mal. Desde páginas de activismo gordx repudiaron ese mensaje por una cuestión de apropiación de discurso, hasta lo tomaron como una burla.
Se puede entender que en la cultura patriarcal y en la de la delgadez todos los cuerpos sufran a causa de los estereotipos. Pero no es la solución que las figuras hegemónicas, que no padecen una violencia sistemática, alcen la voz de una lucha que no les pertenece porque eso hace que se siga perpetuando un solo tipo de cuerpo, invisibilizando a los cuerpos que realmente son violentados en un sistema que no incluye diversidad .
Se deja ver que muchas famosas lo hacen por una cuestión de marketing o moda. Otras afirman que es por empatía, pero, ¿es realmente empatía si ignoro a quien tengo al lado? Con este “marketing de amor propio”, además de ser una visión individualista ya que reduce todo a un “amate”, corre de foco lo que importa y es la responsabilidad social que genera cuerpos válidos y sanos, y cuerpos que no son válidos, que la gente tiende a patologizar o asociar a algo malo.
A pesar de que de a poco volvemos a la calle y nos alejamos de las redes, es
importante tomar una posición y dejar de consumir páginas que reproducen este tipo de mensajes. La salida es colectiva y política.