Comenzaba un día gris en Córdoba Capital, y a las 10:20 de la mañana sólo se veían un par de personas a las afueras de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, a pesar del frío. Al interior, el panorama daba cuenta de una actividad fuera de lo cotidiano, un entrevistado en mitad del pasillo y las mesas dispuestas para la acreditación, eran parte de los preparativos para el inicio del XVII Encuentro Nacional de Carreras de Comunicación (ENACOM). Esta actividad organizada todos los años por la Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (FADECCOS), tomó como cede a la Universidad Nacional de la Provincia, con el fin de generar debates en torno al eje “Comunicación, poder y resistencia. Transformaciones de una cartografía contemporánea”, ampliado alrededor de 17 temáticas puntuales, durante el transcurso de tres jornadas.
La apertura tuvo lugar en el Auditorio, donde a las 10:40 A.M. ya se hacían las pruebas de sonido para dar la bienvenida. La sala se encontraba ocupada en tres cuartos de su capacidad, con un público predominantemente joven, y las luces blancas contrastaban con los tonos apagados del cielo, tras las ventanas. Las cuatro sillas negras dispuestas al frente, fueron ocupadas en primera instancia por las autoridades, siendo la coordinadora Claudia Ortiz la encargada de abrir el acto. Luego, se dirigió al micrófono la vicedecana de la facultad, Susana Morales, quien, con discurso en mano, pronunció unas palabras que proyectaron compromiso y convicción, dando importancia al contexto político que atraviesa el país, en la disputa entre dos modelos de gobierno, y destacó: “Hay palabras o expresiones que están condenadas al olvido y otras que están condenadas a los lugares comunes”. Le siguió el presidente de FADECCO, Marcelo D´amico, quien habló con un semblante tranquilo junto a una voz fuerte y apasionada, dando valor al trabajo en conjunto con la facultad y las redes “que permiten tejer, también, la voz libre de la construcción colectiva de conocimiento”. A continuación, la decana Mariela Parisi, procedió a describir las modalidades, objetivos y principales problemáticas a trabajar en el encuentro, dejando en el ambiente algunas reflexiones necesarias en el ámbito de la comunicación.
Tras la acogida, se reacomodaron los participantes y el espacio comenzó a ocuparse por completo, con un constante movimiento de personas, entre los que se hallaban camarógrafos y estudiantes en busca de algún registro. El panel inaugural: «Comunicación, Memoria y Técnica en el pensamiento de Héctor Schmucler» comenzó a las 11:15 A.M. con la introducción de Vanina Papalini, Doctora en Ciencias Sociales y en Ciencias de la Información y la Comunicación. Desde un principio, los expositores demostraron una conexión emotiva con el homenaje y dejaron ver su admiración hacia Héctor Schmucler, no sólo por su forma de ver el mundo, sino también por sus atributos como persona y como amigo. Así se le presentó en las primeras palabras, aclarando que “Toto”, como lo solían llamar sus conocidos, fue un intelectual cuyo valor no ha sido reconocido en la totalidad de su esplendor. Para continuar, tomó el micrófono María Paulinelli, profesora emérita de la Facultad, quien le dio vida a cada palabra leída, cargándolas de recuerdo y reconocimiento. Explicó cómo, para Schmucler, “la universidad fue el espacio elegido”, sabiendo definirla como memoria actuante y explícita, es decir, un camino del saber, pero también, como advertencia, en reconocimiento de aquello que constituye lo que somos.
Las palabras ilustraron el sentido de responsabilidad, que el autor siempre relacionó estrechamente con la memoria, tomándola como la posibilidad de recordad, que tiene todo ser humano. Los aplausos y la aclaración sobre el espacio final para las preguntas, dieron paso a las palabras de Mariano Zaroswky, el más joven de los panelistas, quien dio un recorrido por la trayectoria del homenajeado, con una minuciosidad propia de su labor como investigador en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Detallando la participación del pensador en diversas revistas, se reconoció que siempre supo “plantear cuestiones a contrapelo de su época”, aportando una mirada diferente.
Las autoridades escuchaban atentas desde la primera fila y en el público se veía quienes tomaban nota de lo que se estaba compartiendo, como también, una cantidad importante de celulares que mostraron el protagonismo de las tecnologías en instancias como aquella. Una nueva ola de aplausos, cuando ya eran las 12:05 A.M., marcó el turno del profesor de la Universidad de Buenos Aires, Christian Ferrer, cuyas anécdotas y espontaneidad demostraron la cercana relación que tuvo con Héctor Schmucler. Describió a su amigo, como un hombre meditativo y sin prisa, que a pesar del importante espacio académico que ocupó, no estuvo interesado en las disputas por el reconocimiento. Finalmente prefirió terminar con una anécdota personal, evocando su gusto por el acento Cordobés de Schmucler, que reconoció nunca habérselo confesado, y en cuanto a lo que le quedó de su amistad señaló: “Me dejó mucha espiritualidad, mucho amor y un acento”.