En Argentina, las comunidades médicas advierten de un incremento en las consultas por episodios depresivos. Tristeza, agonía, angustia, decaimiento, llanto, apatía. Síntomas de lo que parece ser otro gran flagelo del siglo XXI.
Desde la Asociación de Psiquiatras Argentinos se afirma que el aumento de ese tipo de consultas en los últimos 10 años es “significativo”. Así, una de cada cuatro personas ingresan a un consultorio de especialistas en salud mental con un cuadro de depresión.
“La depresión puede ser considerada como un síntoma o síndrome individual, pero también es síntoma de otras enfermedades como la bipolaridad. Existen tres tipos de depresión. Aquellas que son depresiones endógenas, las que no tienen una causa que las desencadena, las que tienen un trastorno biológico; las psicógenas que si tienen un desencadenante; y las que tienen que ver con una enfermedad o con abuso de sustancias. Esas son bastante más comunes”, indicó Rodríguez Banegas Germán, especialista en Psiquiatría.
Si vamos más lejos en cuestiones estadísticas, la Organización Mundial de la Salud asegura que estamos ante una verdadera catástrofe epidemiológica, en la que los desórdenes mentales representan el 12 por ciento de las causas de enfermedad en el mundo. Del total de las patologías, se asegura que hay cerca de un 46 por ciento de cuadros depresivos.
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