Se presentaron denuncias de violencia de género en la última Asamblea General del CeFFyH.
En la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH), perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC),se presentaron dos denuncias de violencia de género en la última Asamblea General. Ambas denuncias han preocupado al Centro de Estudiantes y a los estudiantes de esta facultad.
Entrevistamos a Gabriela Galván, militante hace 3 años de La Bisagra, Modelo Para Armar y Estudiantes al Frente. También forma parte de la Comisión de Género del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CeFFYH).
¿Cuál fue el hecho de violencia de género denunciado el pasado 18 de abril?
El 18 de abril hubo una asamblea general desde el Centro de Estudiantes, donde participan todas las organizaciones y estudiantes que quieran llegarse a esa instancia de debate, se realizaron dos denuncias sobre violencia de género. Una dirigida a un estudiante de antropología, participante de la asamblea de antropología,y la otra dirigida hacia un estudiante de filosofía, participante de Estudiantes al Frente, compañero militante.
La denuncia hacia el estudiante de antropología fue por abuso sexual y violación. Ya tiene una causa penal de dos chicas estudiantes de la universidad. La otra denuncia del estudiante que formaba parte del CeFFYH, fue sobre acoso en el boliche Luzbelito. La compañera lo denunció por acoso e insistencia hace un año y medio.
¿Hay antecedentes de denuncias y violencia de género en la facultad?
Fueron varios los casos que llegaron, muchas denuncias. Nosotros motorizamos mediante el Plan de Acciones y Prevención de Violencia de Género algunas denuncias específicas por violencia de género. Desde el año pasado son varias las denuncias, al menos tres y este año fueron dos, hechas en la pasada asamblea general.
¿Cómo fue la reacción del centro de estudiantes ante el conocimiento del los suceso?¿Que medidas se tomaron?
Con respecto al compañero que formaba parte del centro de estudiantes, la verdad que fue bastante sorprendente, nos desbordó mucho, pero entendiendo el trabajo que venimos haciendo en cuanto a violencia de género y tratamiento, procedimos de varias formas, la primera fue pedirle y exigirle a este estudiante que dejara de transitar los espacios comunes al centro de estudiantes, más allá de que en varias oportunidades el no lo hizo, le pedimos que se aisle de este espacio en tanto se encausara la denuncia y llegara algún tipo de resolución.
Motorizamos muchas charlas con la Defensoría de la Comunidad Universitaria, más específicamente con la comisión encargada del Plan de Acciones y Prevención de Violencia de Género para que nos de herramientas para seguir adelante. Decidimos acompañar a las compañeras a realizar todas las denuncias que sean necesarias , tanto institucionales -dentro de la universidad-, como judiciales y legales -dentro del sistema legal provincial- .
También, hicimos una moción en esa asamblea donde ocurrió la denuncia de generar espacios colectivos, sin partidismos políticos , sin banderas de disputa, donde entre todas y todos, podamos llegar a consensos y buscar herramientas comunes para enfrentar tanta violencia que se vive todos los días y que todavía no se problematiza como debería problematizarse.
Desde ese lugar y otras mociones nace con mucha intención de muchas organizaciones, el espacio de la Brigada Feminista, que se conformó después de esa asamblea. Hubo un par de reuniones, donde se trataron estos temas específicamente y donde se hacen circular distintas herramientas para llevar adelante y para cuidarnos dentro de esta facultad, motorizando soluciones integrales para estos casos de violencia de género.