La falta áreas verdes en la ciudad, podría provocar consecuencias en la salud de sus habitantes.
Córdoba es la segunda ciudad más grande de Argentina, su densidad demográfica es de aproximadamente 1.329.603 habitantes, establecidos en su extensión de 576 km². Todas las ciudades, sobre todo las más grandes, poseen espacios verdes y Córdoba no es la excepción, pero la pregunta es ¿existen los suficientes?
Los llamados “espacios verdes” son áreas que sirven como pulmón de las grandes urbanizaciones y que deben permanecer libres de construcciones para dar lugar a la naturaleza. Dentro del término se encuentran parques, plazas, plazoletas, ciclovías, áreas protegidas, entre otros, siempre y cuando se respete la condición de que no se construya sobre ellos.
En ciudades grandes como ésta, evidentemente el aire no es el más puro, sino que todo lo contrario. En este encontramos dióxido de carbono, monóxido de carbono, hidrocarburos y smog oxidante fotoquímico. Estas sustancias son el resultado de la actividad humana, principalmente liberadas a la atmósfera por los autos.
Las áreas verdes cumplen un papel de vital importancia ya que ayudan a contrarrestar los efectos de la contaminación ambiental, la cual puede resultar nociva para la salud de los habitantes de zonas urbanas. La exposición a ésta puede acarrear enfermedades respiratorias y cardiovasculares, aumenta el riesgo de padecer cáncer e irritación de la piel. También son importantes como sitio de recreación para la población y para establecer contacto con la naturaleza, lo cuál se ha demostrado que ayuda a reducir el estrés y mantener la salud mental.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) establece que en las zonas urbanas debe existir un mínimo de entre 10 m² y 15 m² de espacio verde por habitante. En la ciudad de Córdoba se utilizan 641 hectáreas para parques, 110 para plazas, 56 para ciclovías y 393 para otros usos, sumando un total de 1.200 hectáreas verdes, lo que significa que existen solamente 8 m² de espacio verde por habitante, 2 m² por debajo del mínimo recomendado por la OMS.
Se debe tener en cuenta que la población de la ciudad crece de forma notable todos los años, lo cual podría dificultar aún más la tarea de cumplir con el mínimo recomendado de áreas verdes, disminuyendo la efectividad de las mismas y aumentando el riesgo de padecer enfermedades debidas a la contaminación ambiental.
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